Aunque todos habéis oído estas palabras, vamos a ver si conseguimos recordar a que se refieren.
Partiendo del famoso refrán de que la quilla “es una viga o tablón que aguanta el peso de la embarcación”, esta no deja de ser la pieza más importante de la estructura sobre la que se construye un barco, y como tal, está bajo los efectos de las distintas fuerzas que la Mar pone ante ella.
De estas fuerzas, las más importantes, y a las que no vamos a referir, son las producen los efectos de “arrufo” y “quebranto”.
Nota: En Construcción Naval, el “arrufo” en barcos, es la curvatura que en su construcción recibe la cubierta principal respecto del plano horizontal, en los extremos de proa y popa.
En Ingeniería naval, los “esfuerzos de arrufo y quebranto” son las combinaciones de fuerzas que sufren los cascos de los barcos por diferentes causas y que ponen en peligro su integridad estructural.
Se llama “esfuerzo de arrufo” al que tiende precisamente a exagerar el arrufo, esto es, la curvatura o elevación simultánea de la proa y la popa frente al plano horizontal del barco, y ocurre cuando la proa y la popa se encuentran apoyadas en las crestas de dos olas, mientras la zona media del casco está sobre el seno de estas, tendiendo a doblar el casco por la mitad.
En el denominado “esfuerzo de quebranto”, es al efecto lo contrario a esto, la sección media de la eslora se encuentra en la cresta de la ola, mientras que proa y popa están en los respectivos senos tendiendo a quebrar al casco como una rama.
El estudio de estos esfuerzos en la construcción naval tiene por objeto evitar deformaciones permanentes al buque, o en caso extremo, en la irreversible quiebra de su estructura,
En todo caso, y como en la construcción del buque contamos con que la quilla no deja de ser una “viga flexible” admite que el buque al navegar sobre el oleaje vaya presentando una serie de leves pero evidentes arrufos y quebrantos secuenciados.
Existen otros esfuerzos a soportar por el casco de un barco, como pueden ser el “esfuerzo estático” que se debe a la mala estiba o distribución de la carga a lo largo del buque, (el caso de una nave con la bodega central cargada y las bodegas extremas vacías, que se ve afectada por el “esfuerzo de arrufo”), y el “esfuerzo dinámico” mientras que una bodega central vacía y extremas abarrotadas generaran un ”esfuerzo de quebranto”, que aparecen aún en aguas tranquilas, y que se acusan cuando el barco no está bien posicionado sobre los trenes de olas de una Mar más torpe.
Ambos efectos pueden sumarse y tener consecuencias graves, para la integridad del buque, y por esta razón es vital para la seguridad de una nave conocer estos esfuerzos que combinados pueden sobrepasar los valores calculados de resistencia ocasionando la pérdida de vidas y bienes.
Buena Mar y hasta la vista amigos.
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