BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 1932
“Los hombres van sobre los banquillos, atentos a la cara de la mar. Los tolinos nadan por la proa dando esos saltos a que se entrega el perro alegre que encuentra a su dueño.
Y así una hora, y otra, y otra, van cruzando de diagonales la inmensidad del océano.
Cuando en la lejanía aparece el tono negruzco característico de las grandes bancadas de bocarte, los tripulantes todos en pie los saludan con gritos de alborozo.
-Avante todo. ¡Mira, mira, manín! ¡Qué negrura, Virgen Santísima!
Y allá va reverberando el caso multicolor en frenética carrera.
Después todo es silencio. Mientras la red inscribe en su malla el polígono que marcan los peces, los hombres trabajan silenciosos, como si caminaran de puntillas, temerosos de hacer ruido. Pero al cerrarse la llave, al quedar presos los peces, se habla por lo que se calló. Y hasta el puerto, a donde se llega con ansiedad de quien posee un tesoro y lo lleva a evaluar, continúa la charla pintoresca, alegre, optimista…”.
Firmado, Antolín
Imagen, Archivo Fernando Suárez Cue
0 comentarios