La Cofradía de Mareantes de San Nicolás ayudaba económicamente a sus cofrades. Tenía panera para el trigo, la escanda y el centeno.
Como no se cultivaba el trigo y era escasa la vid, siendo difícil la comunicación con el interior por falta de vías apropiadas, se proveían saliendo al mar a la busca de algún navío que portase vino o trigo. Se concertaba en alta mar la adquisición y se traía a puerto. En ocasiones, acudían al puerto de Bilbao.
Con frecuencias eran franceses los bajeles vendedores y por ello el vino de Burdeos era consumido en las tabernas llaniscas, una vez tasado y controlado.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, Valentín Orejas
Maiche esa información es asombrosa….. Eso significa que las boroñas en Llanes y la sidra, pasaron a un segundo plano, cuando, al menos para los cofrades, que podían darse el lujo de un bocata de sardinas con un buen vino de Burdeos…..
Que te parece!!… Los amiguetes del colectivo marinero trapichaban con Burdeos y pan, además de los consabidos centollos para enchufados,..
Me imagino que fue ahí de donde surgió la famosa misiva… de… «al pan pan (no borgoña) y al vino vino (no sidra)
Llanes una caja de sorpresas.