BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 1908
“Tiene la Tijerina, tan íntimamente relacionada con la humanitaria Sociedad de Salvamento de Náufragos, algo de imprescindible y sugestivo para los socios de esta, que son asiduos concurrentes; pero también un no sabemos qué de repulsiva odiosidad para quienes no conocen la índole de tales reuniones y, dejándose llevar por el olor de la palabra tijerina, la denigran y desprecian.
Nosotros, que por razones del cargo y de nuestras constantes ocupaciones, nos vemos privados de respirar durante algunas horas del día el salutífero oxígeno de que esta impregnada aquella vivificante atmósfera, dotada de una temperatura envidiable, hemos tomado parte en dichas reuniones pocas veces, y nunca hemos visto allí nada que las haga dignas de la excreción y censuras con que una parte del público las obsequia.
Al contrario, El Oriente invocó el auxilio de todas las entidades y fuerzas vivas de Llanes en la campaña que ha seguido para que se llevasen a adelante las obras del puerto, siendo la Tijerina la única que se encargó de dar forma al pensamiento y, patrocinándole, lo llevó a feliz término.
La Tijerina es el más eficaz auxiliar de la Sociedad de Salvamento de Náufragos que, sin el concurso decidido de la primera, acaso no existiría ya, aquí donde las instituciones benéficas solían ser flor de un día.
Es verdad que allí se va, por lo común, a perder el tiempo; pero no se pierde tanto como en el Casino, el café y la taberna; pero sépase que en la famosa caseta no se conocen el juego ni las bebidas; el humo del cigarro y el vaho de los líquidos espirituosos no atacan los pulmones, ni las palabras que allí se oyen son de la índole que distingue a las empleadas en otras reuniones, donde los fines que se persiguen y los medios empleados a fin de pasar el tiempo agradablemente aquellos que, después de haberse conquistado una posición social, sacrificando en el extranjero generalmente lo mejor su existencia, tienen perfectísimo derecho a disfrutar los honores de una jubilación bien merecida”.
Imágenes, Valentín Orejas y Archivo Fernando Suárez Cue
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