EL GALERNAZO | AÑO 1924

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BUCEANDO EN “EL PUEBLO” AÑO 1924

“Durante los tres primeros días de la actual semana, se presentó una enorme depresión atmosférica que produjo grandes temporales de agua y viento, agitándose el mar de una manera imponente.

En toda la costa cantábrica ha producido el galernazo grandísimos daños y no pequeño número de víctimas.

En Llanes ha causado una porción de destrozos.

En la mañana del día 8 se desencadenó un furioso huracán, sorprendiendo en la mar, cerca de esta costa, a la lanchilla pesquera, a vapor, “Julia” de la matrícula de La Arena (San Estebán de Pravia), el patrón y tripulantes, viendo en gran peligro sus vidas, se decidieron a entrar en nuestro puerto, no obstante hallarse en baja mar.

Gracias al rápido y eficaz auxilio prestado por los marineros llaniscos y otras personas, que hicieron uso del material de la estación de la Sociedad de Salvamento de Náufragos, se pudo lograr, tras titánicos esfuerzos, que la pequeña embarcación “Julia”, sobre cuya  cubierta batían las olas impetuosamente, embarrancase en la barra, frente a la caseta de la citada institución humanitaria.

Los primeros que se distinguieron en prestar sus nunca ponderados servicios de salvamento fueron don Ricardo Batalla, que se arrojó al agua y, con una estacha, consiguió amarrar la lancha a tierra; don Daniel Gutiérrez, don Fabián Herrero, don José María Carriles, don Cayetano Herrero y don José Herrero, cooperando también con gran acierto el señor contramaestre del puerto y don Félix García.

Igualmente es digna de mención la labor realizada por el suboficial de la Guardia Civil, don Domingo Fernández, que desde el principio empezó a sacar de la caseta el material de salvamento.

En la playa de Toró, las olas arrastraron  en la noche de dicho día, una gran cantidad de arena y grijo, alcanzando una altura desmesurada. En la playa del Sablón, arrastró también grandes cantidades de arena, cambiando el aspecto superficial de aquella playa, rompiendo los dos últimos escalones de la escalera.

En San Antón, destrozó varios metros del fuerte muro que está al lado del faro, arrancando grandes bloques que transportó a bastante distancia del sitio en que se hallaban colocados.

Donde se hallaba colocada la antigua fábrica  de los Señores Conde y Teresa, en el barrio de la Moría, el mar ha producido muchos daños, derribando paredes, arrastrando grandes bloques y destruyendo unas cochiqueras allí instaladas.

Al lado del nuevo teatro la marejada, que llegaba hasta la fábrica de luz eléctrica de los señores Romano, ha derribado un gran trozo de muro haciendo un intenso hoyo y produciendo daños en los materiales colocados en las marismas, aguas arriba del puente.

Pero, en donde los deterioros de la marejada han sido mayores, fue en la playa del Sablón.

El Balneario municipal, cuya construcción es deficiente, por lo que los perjuicios son mayores, ha derruido la mayor parte de la terraza; rompió  la toma de agua salada y toda la tubería; derribó las puertas y los tabiques de la bodega y entrando  en enormes cantidades en el edificio; tiró varios tabiques e inutilizó la tubería, estropeando el toldo de lona recogido en una habitación y las ropas que allí guardaba la concesionaria del Balneario.

Como si las hubiese cortado con un cuchillo tiró las fortísimas columnas que sostenían el antiguo Balneario de los señores Romano y la mayor parte del muro que sostiene el camino de bajada al Sablón, esparciendo por la playa toda la grava que allí había colocado.

También, ha derribado los muros laterales de dicho Balneario en varios puntos, interceptando la subida a San Pedro por el atajo. Como las olas  subieron hasta más arriba de la puerta del cementerio viejo, el camino que pasa por debajo del puente de acceso al Balneario quedó imposibilitado para el tránsito, impidiendo la excavación que allí se hace de arena, para construcciones.

Por estos motivos, acuden muchos curiosos a todos los puntos expresados para contemplar los daños que ha causado el mar, de los cuales no se recuerdan otros iguales”.

Imagen, Valentín Orejas

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