De todas las maravillas que nos esconden los Océanos y los Mares de nuestro planeta, hay dos que destacan por su unicidad.
Me estoy refiriendo a la famosa “Fosa de las Marianas” y a nuestro cercano, pero no menos famoso “Cañón de Avilés”.
La “Fosa de las Marianas” fue denominada de esta forma por la cercanía a las “Islas Marianas”, o simplemente “Las Marianas”, descubiertas durante su viaje por Fernando de Magallanes en 1521, que las llamó “Islas de los Ladrones”, por los problemas de robos que tuvo con los nativos.
Posteriormente se le dio el nombre de “Islas de las Velas” por la cantidad de pequeñas embarcaciones que llegaban con las velas desplegadas a rodear las naves españolas, para finalmente pasar a llamarse “Islas Marianas”, en honor a la reina de España, Mariana de Austria, esposa del monarca Felipe IV de España
La “Fosa de las Marianas” es una depresión del fondo marino que se encuentra en el océano Pacífico occidental, a unos 200 km al este de Las Marianas, y es el área más profunda de los océanos de la Tierra. Tiene forma de medialuna y mide unos 2.550 km de largo por unos 69 km de ancho.
La máxima profundidad de la fosa de las Marianas es de 10.994 metros en el extremo sur de un pequeño valle en su fondo, conocido como “Abismo de Challenger”.
Sin embargo, algunas mediciones llevan su punto más profundo hasta los 11.034 metros. En comparación, si la montaña más alta del planeta, que es el monte Everest con 8.849 metros, reposara sobre este punto, su cima estaría todavía a más de dos mil metros bajo el agua.
Respecto a nuestro “Cañón de Avilés” o “Caladero de Carrandi”, es un gran valle submarino situado a 7 millas de la costa asturiana en el mar Cantábrico, y considerado el de mayor profundidad del mundo, y es, junto con los cañones de “El Corviro” y el de “La Gaviera” (además de 12 cañones tributarios más), los que conforman el gran sistema de cañones submarinos de nuestra costa.
Situado en la posición 6º O., el “Cañón de Avilés” comienza a una profundidad de 140 metros sobre la plataforma cantábrica hasta los 4.750 metros de profundidad de la base del cañón. El cañón se inicia sobre la perpendicular de la localidad de Avilés llegando hasta la costa de Navia.
Su origen data del Neógeno, al igual que el resto de los cañones localizados en el margen cantábrico, siendo controlado por fracturas antiguas reactivadas durante el Cenozoico y ligadas a la apertura del golfo de Vizcaya.
Su morfología es la de un valle principal en una plataforma continental de borde muy irregular (“Canto Nuevo”), y una montaña submarina (“Agudo de Fuera”).
Tiene una anchura variable entre 7,5 millas (12 km.) y 25 millas (40 km) que alcanza una profundidad de casi 5.000 metros que convergen en el talud llegando a desembocar en la llanura abisal del golfo de Vizcaya, al que le llegan otros menores tributarios encajados a favor de las principales direcciones de fracturación y sus conjugadas,
La alta productividad biológica asociada al sistema de cañones es responsable de la existencia de una abundante y variada flota pesquera en la zona de la plataforma continental y comienzo del talud (existen actualmente unos 280 barcos asturianos que faenan con las diversas modalidades de arrastre, palangre, enmalle, cerco y otras artes menores, donde habitan multitud de especies de interés comercial que son objetivo de la flota, como la merluza, la bacaladilla, el pixín, los gallos, la cigala, el chicharro, la caballa y la brótola de fango, entre otras muchas, todas ellas sometida a numerosas “Normativas de gestión espacial” (vedas), por lo que la numerosa flota pesquera compite por un reducido espacio debido a que la plataforma continental es muy estrecha.
Por último no debemos olvidarnos de la existencia en ese hábitat, del famoso calamar gigante, el legendario “Kraken” de la mitología nórdica, el cual en Asturias tiene su nombre propio, “Peludín”, que es como le conocen los “lobos de mar” de la región, y que alguno de ellos ya fue traído a nuestra rula por el magnífico pesquero “Sandra Maria”, de nuestro buen amigo y Patrón Mayor de la Cofradía de Pescadores “Santa Ana”, Ángel Batalla García (Angelín o Pelayín)
Buena Mar y hasta la vista.
Fernando Suárez Cué
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