Son pocos los que no reparan en la estatua del Paseo de Posada Herrera, antes llamado de la Encarnación; muchos los que tienen conocimiento de que el perpetuado en bronce es don José Posada Herrera y algunos los que saben que se trata del único llanisco que llegó a ser jefe del ejecutivo de España, pero él fue mucho más.
Nació en Llanes el 31 de marzo de 1814 y era hijo de don Blas Alejandro de Posada y Castillo y doña Josefa de Herrera Sánchez de Tagle. Estudió en la escuela pública de la villa; latín y filosofía en el monasterio de Celorio y recibió clases particulares de inglés, economía y derecho político.
En 1826, le llevó a su lado su tío don Pedro de Inguanzo Rivero, Arzobispo de Toledo y Primado de las Españas.
En 1832, concluye en Oviedo la carrera de leyes, y todavía estudiando en dicha universidad se le encomendó la cátedra de matemáticas y delineación, pues su vasta instrucción le hacía dominar tanto las ciencias como las humanidades, además hablaba portugués, italiano, francés, inglés y latín.
Durante la guerra civil de los siete años (1833-1839) fue alférez del batallón de voluntarios de Oviedo.
Corriendo el año 1840, y tras ingresar en el partido progresista, se le eligió diputado por Asturias, destacando como un hábil orador. En los 15 años siguientes apenas participó en la vida política, volviendo en 1858, ya siendo militante del partido moderado, y se le confió el Ministerio de Gobernación, cargo en el que continuó durante el llamado gobierno largo de O´Donnell. Todo apuntaba que al fallecimiento de dicho político, Posada Herrera lo sustituiría al frente del partido, pero este prefirió retirarse a su Llanes Natal. Tras el destronamiento de Isabel II, aceptó ser embajador ante la Santa Sede y se integró en la comisión que redactó la Constitución de 1869, participando también en la de 1876. Cuando se restableció la monarquía, en la persona de Alfonso XII, fue presidente del Congreso y luego del Consejo de Estado. Poco tiempo después sustituyó a Sagasta al frente del Consejo de Ministros.
Además, fue secretario del Consejo Real, Director General de Instrucción Pública, Catedrático de Derecho Administrativo, Académico, Senador, Caballero de la Insigne Orden del Toisón de Oro, a parte de ser condecorado con diferentes grandes cruces españolas y extranjeras.
En su vida privada era sencillo, de trato afable, gracioso y muy modesto, nunca quiso títulos de nobleza y sí lucía el Toisón de Oro y las condecoraciones era porque no podía evitarlo.
Se casó dos veces, la primera con su prima doña Carmen Ibáñez Corbera, con la que no tuvo hijos. Con su segunda esposa, que era sobrina carnal, doña María de los Dolores Posada y Posada, tampoco tuvo descendencia.
En 1862, mientras era Ministro de la Gobernación, se alzó el edificio del Ayuntamiento de Llanes, y a iniciativa de dicho Consistorio se levantó su estatua, la cual, tras destruirse en la Guerra Civil, fue repuesta en septiembre de 1963.
Murió el insigne llanisco en Llanes el 7 de septiembre de 1885.
Fuente “El Oriente de Asturias” y Real Academia de la Historia
Imágenes, “El Oriente de Asturias” y Valentín Orejas
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