En el mes de marzo de 1909, la prensa local recogía como algo insólito la entrada en nuestro puerto del vapor “Rosario”, y es que la llegada del ferrocarril a Llanes en el año 1905, que dio un impulso cualitativo al transporte de mercancías y al movimiento de las personas, acabó con el tráfico marítimo y la recaudación aduanera.
Se percibía en los semanarios que daban la noticia, con independencia del reconocimiento de que la vía férrea había traído el progreso económico, social y turístico a la villa, cierta nostalgia al recordar que hubo un tiempo en que entraban anualmente en nuestro puerto entre 80 y 100 barcos de vela, movimiento que más tarde monopolizaron los siempre esperados vapores “María Gertrudis”, “Rosario” y sobre todo el “México”.
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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