Hace muchos años, había aquella creencia en nuestras casas, que nos aconsejaba no dormir con plantas en las habitaciones, ya que por la noche consumían oxígeno y desprendían el terrible “dióxido de carbono” (CO2),
Hoy en día, cuando contemplamos desolados como arden enormes extensiones de la selva Amazónica, o vemos como se deforestan bosques en los lugares más importantes para la biodiversidad de la Tierra, una verdadera avalancha mediática no para de repetirnos…” Arde el pulmón del planeta”, y es porque todavía existe la extendida creencia de que los bosques son los principales productores de oxígeno de nuestro planeta. Nada más lejos de la realidad, ya que por ejemplo y basado en estudios de la “Reality Check” (“Verificación de la realidad”) de la BBC, la Amazonía produce menos del 10% del oxígeno que hay en nuestra atmósfera.
Entonces… ¿Quién produce la inmensa cantidad de oxígeno que permite la vida en la Tierra?
Pues ni más ni menos que el “fitoplancton” marino, esas microscópicas criaturas que ellas solas producen el 85 % del oxígeno que se libera cada año a la atmósfera.
El “fitoplancton” es una comunidad de microorganismos fotosintetizadores que viven dispersos en el agua, y arrastrado por sus corrientes, forman parte del conjunto de organismos catalogados tradicionalmente como algas. Son autótrofos, o sea, que producen sus propias reservas energéticas con la luz solar como fuente principal de energía.
Su nombre proviene de los términos griegos,”phyton”, («planta«) y “plánktos” (“vagabundo” o el que “va dando tumbos”).
El fitoplancton genera la mayor cantidad del oxígeno que respiramos, unos 27.000 millones de toneladas al año, “enterrando» a su vez unas 10 gigatoneladas (1.000.000.000.000 Kg), de carbono de la atmósfera en las profundidades del océano anualmente.
Calculando que nuestra “casa” cuenta con 595.814 km de litorales (aproximadamente), y que las algas que producen oxígeno viven en ellos y hasta los 200 m. de profundidad, no creo que sea difícil de comprender, que sencillamente no se pueden comparar con ellas, ni selvas ni montes.
Por lo tanto, aunque es nuestra obligación el protegerlos y cuidarlos, creo que es mucho más importante es el cuidar de nuestras Mares, pues en ello nos va la vida, tal y como constantemente nos lo está demostrando, efectuando trabajos de verdadera limpieza, con su profesionalidad y buen hacer, nuestra “Cofradía de Pescadores de Llanes”.
Orgullosos podemos estar de ella.
Buena Mar y hasta la vista amigos.
Foto: Valentín Orejas
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