Corriendo el año 1803, el cementerio de la iglesia parroquial, seguramente debido a alguna epidemia que azotó Llanes, se vino insuficiente, y se decidió repartir los enterramientos en las capillas. Como no podía ser de otra manera la de la Guía fue una de ellas, dando sepultura, desde el 14 de agosto al 21 de octubre, a 18 cadáveres. Siendo la primer tumba la de Juana Abarca, soltera, hija de Felipe y María Josefa.
El 30 de octubre del mismo año, en el cabildo de Santa Ana se convocó una reunión para acordar la construcción de un cementerio en la Guía. El pueblo, que consideraba más respetuoso el enterramiento en las iglesias, se opuso y fue apoyado por el juez, que posteriormente fue corregido y multado en costas por exceso de autoridad.
Al fin, en 1806 quedó construido el cementerio en la Guía que tenía 63 pies de largo por 42 de ancho, con pared de resguardo y comunicación por dentro y fuera de la capilla.
Y allí continuó hasta que se inauguró el cementerio de Estacones el 9 de mayo de 1818, siendo su primer enterramiento el de don Cosme de Posada Abada, esposo de doña Andrea de la Vega.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imagen, Valentín Orejas
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