LA CASONA DEL CARRIL | LA FORTUNA QUE VINO DEL MAR

por

En Parres, pueblo llanisco en la cara norte de la Sierra del Cuera, se alza una llamativa y simétrica casa indiana de tres pisos, a la que llaman la Casona del Carril. 

Su estilo es ecléctico, y a lo primero que se  van los ojos es a una impresionante palmera plantada entre la doble escalinata de la fachada principal. También, destaca el cuerpo saliente de la fachada lateral rematado por una terraza con balaustrada.

La elegante casa fue mandada construir, para su hija María, por María del Carmen Posada Junco, natural de Parres, la cual se había casado con el indiano de México Diego Escandón Estrada, natural de Santa Eulalia de Carranzo.

María contrajo matrimonio en el mes de febrero del año 1903 con Bernardino Noriega Tamés, hijo de Juan Noriega Tamés, emigrante de México, que se  había casado con su sobrina, Antonia Tamés.

Así, reseñaba “El Oriente de Asturias” la boda:

“En la capilla de Santa Marina, del inmediato pueblo de Parres, han unido para siempre sus destinos el jueves último, la bella y elegante señorita María Escandón Posada y el acaudalado  joven D. Bernardino Noriega Tamés. Bendijo la unión el señor Cura párroco de Pendueles y, fueron padrinos la señorita Manuel Noriega Tamés y D. Ramón Escandón Posada, hermanos de los contrayentes. Asistieron al acto varios amigos de aquellos, que fueron espléndidamente obsequiados en la casa de la novia.

La feliz pareja se trasladó a la magnífica posesión de “La Venta”, en el pueblo de Pendueles, propiedad de los Sres. Noriega Tamés, desde donde saldrán a visitar varias poblaciones de España y del extranjero.

Deseamos a los recién casados dicha interminable”.

Tras el viaje de novios, los esposos pasaban largas temporadas en la Casona del Carril de Parres, donde Bernardino llegó a ser muy querido, ya que siempre fue muy generoso con el pueblo. Cuentan que, entre otras cosas, adquirió un carro y caballo y lo destinó a transportar la leche de sus convecinos a Llanes, pagando él también el sueldo de Ramón Tamés Sotres para que la transportara.

El matrimonio tuvo un único hijo, Luis, que nació en Madrid el 15 de noviembre de 1903 y que se casó a los 29 años con Teresa Bardales Nores. 

De esta forma, recogía “El Oriente de Asturias” la boda:

“ En Covadonga contrajeron matrimonio el lunes último la bellísima señorita María Teresa Bardales Nores, de apreciadísima familia de Alevia y el distinguido joven de Parres, don Luis Noriega Esandón. Dijo la misa de nupcias el párroco de Alevia y fueron padrinos de los contrayentes don Ramón Escandón y doña Angelita Porrero de Caso.

Al acto concurrieron además de los familiares, numerosos amigos, celebrándose el banquete en el Hostal Favila. 

Los esposos salieron de viaje de novios a recorrer España y diferentes poblaciones del extranjero, proponiéndose al regresar fijar su residencia en Parres”.

Bernardino falleció en Llanes, viudo de María, el 27 de abril de 1944, contaba 68 años de edad.

Fuente, “El Oriente de Asturias” y “Una Arquitectura de Distinción”

Imágenes, Valentín Orejas

0 comentarios

Deja un comentario

  • LA LASTRA
    Fue para nosotros un campo de juego, un lugar de enseñanzas, una tienda de víveres, y sobre todo un verdadero universo de aventuras, que para él quisiera “El Coyote”  Me estoy refiriendo a “la lastra” esa parte de nuestras costas donde desarrollamos unos conocimientos sobre nuestro entorno, que no creo […]
  • LLEGANDO A LLANES
    Durante varios siglos, la entrada principal hacia Llanes se hacía por “el Cristo”, es decir, atravesando “La Jorcada” (entre la “Cuesta de Cué” de mayor tamaño, y la de “La Portilla”, algo menor), un paso natural (la “Cuesta del Cristo”), donde se levantaba la ermita del “Santo Cristo del Camino” […]
  • LA “DILIGENCIA DE LLANES”. (1869)
    La denominada “diligencia de Llanes”, que fue propiedad de Dn. Joaquín Rodríguez y Cía.., fue el servicio de transporte regular por carretera que unía la villa de llanes con Oviedo durante la segunda mitad del Siglo XIX, y se trataba de una diligencia de pasajeros y correo, es decir, un […]
  • AÑO 1833, OLAS QUE PARECÍAN MONTAÑAS
    BUCEANDO POR “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 1833 “Pocos existirán hoy de los que como nosotros hayan presenciado la horrorosa tempestad de mar y viento que se desencadenó en la costa cantábrica el 15 de octubre. Era de tal magnitud el furor de las olas, que más bien parecían montañas […]

  • All
  • "Entre las Olas del Olvido: Comercios y Lugares que la marea del cambio se llevó"
  • "LA FORTUNA QUE VINO DEL MAR"
  • Por: Maiche Perela