Tras el motín, y abandono del capitán Bligh y sus leales a su suerte, el 28 de abril de 1789, la “Bounty,” bajo el nuevo mandato de Christian, se dedicó a la búsqueda de una isla para su asentamiento, arribando a Tubuai el 28 de mayo de 1789.
La recepción de la población nativa fue hostil, hasta tal punto que cuando una flotilla de canoas de guerra se dirigió al navío, Christian mandó usar un cañón para repeler a los agresores. Al menos una docena de guerreros murieron y el resto huyeron.
Sin desanimarse, Christian y un destacamento armado inspeccionaron la isla y decidieron que era apropiada para sus propósitos. Sin embargo, ellos necesitaban mujeres y dóciles trabajadores nativos para establecer un asentamiento permanente. Era más probable que consiguieran ambos en Tahití, hacia donde zarpó la “Bounty” el 6 de junio, y donde llegó el 22 de septiembre, inventando Christian una historia en la que Bligh, Cook y él estaban fundando un nuevo asentamiento en la isla de Aitutaki.
Pero el recibimiento fue mucho menos efusivo que la vez anterior, ya que Otoo, rey de los tahitianos, sabía por boca de la tripulación de otro buque británico que la historia de la fundación de un asentamiento en Aitutaki por Cook y Bligh era una invención y que Cook hacía tiempo que había muerto.
A Christian le preocupaba que la reacción de los tahitianos fuera violenta así que no permanecieron mucho en la isla. De los 16 hombres que habían votado por permanecer en Tahití, permitió a 15 quedarse, excepto Joseph Coleman, que fue retenido en el barco puesto que Christian requería sus habilidades como armero.
Días después y viendo Christian que la situación se iba complicando, embaucó a un grupo de tahitianos para subir a bordo de la “Bounty”, principalmente a mujeres, para celebrar una fiesta. Una vez esta comenzó, cortó la amarra del ancla y la “Bounty “, se hizo a la Mar con sus invitados cautivos, menos Coleman que dándose cuenta de la jugada, escapó lanzándose al agua pudiendo llegar a tierra a nado.
Entre el grupo de secuestrados se encontraban seis mujeres ancianas, a las que Christian no encontrándoles utilidad, las dejó en tierra en la cercana isla de Moorea.
La tripulación del “Bounty” quedaba ahora compuesta por Fletcher Christian y ocho amotinados, Ned Young, Matthew Quintal, William McCoy, William Brown, Isaac Martin, John Mills y John Williams (más conocido este por la tripulación como “Alexander Smith”). Junto con ellos iban seis hombres y catorce mujeres de Tahití
El 15 de enero de 1790 los amotinados de la “Bounty” y sus rehenes tahitianos llegaron con ciertas dificultades a la isla de Pitcairn. ya que su posición en las cartas no era correcta. El grupo ya había aumentado tras el nacimiento de una beba llamada Sally, hija de una de las mujeres tahitiana, quien posteriormente se convertiría en una persona respetada en la comunidad.
Una vez desembarcado todo aquello que pudiera servir a los nuevos colonos, el 23 de Enero de 1790, quemaron el barco para destruir cualquier rastro de su existencia.
Los restos de la “Bounty” aún son visibles bajo el agua en “Bounty Bay” (“Bahía de la Bounty”).
Comenzaron por escoger el sitio más apropiado para levantar una aldea, dividiendo el resto de la isla en partes iguales, que fueron atribuidas a cada uno de los tripulantes, excepto a los desgraciados polinesios que no entraron en el reparto. Después de haber sido amigos de los ingleses, terminaron siendo sus esclavos.
Aunque los isleños aprendieron a sobrevivir bastante bien a base de la agricultura y la pesca, la violencia y las enfermedades causaron muchos problemas. Gran parte de esta violencia era causada por algunos de los amotinados y de los tahitianos que pretendían a las mismas mujeres, pues el número de mujeres era inferior al de hombres. Dos de las mujeres murieron en accidentes en 1790, lo cual agravó el problema.
Williams, que había perdido a su mujer que se despeñó mientras recogía huevos de gaviotas, amenazó con que se marcharía de la isla si no le proporcionaban una. Como sus habilidades como armero les eran casi imprescindibles, obligaron a un tahitiano que le cediese su propia mujer. Y ahí comenzó la tragedia.
Los demás naturales y haciendo causa común urdieron un complot para vengarse de sus opresores.
Enterado Christian por una de las mujeres, fue en busca de un tahitiano llamado Ohoo y le disparó un tiro. Por suerte el cartucho no llevaba bala, con lo cual Ohoo escapó hacia los bosques en compañía de Tahaloo, el compañero al que le habían quitado la mujer.
Ohoo, fue muerto por su propio sobrino. Tahaloo pereció a manos de su amigo y de su esposa, la misma que causó todo aquel trastorno.
A partir de ese momento, y tras una tranquilidad que duró casi dos años, volvieron los polinesios a manifestarse, por la opresión y malos tratos de que eran víctimas, y volvieron a conjurarse para desembarazarse de los ingleses.
En Septiembre u Octubre de 1793, tres tahitianos llamados Timoa, Menalee y Nehow, se unieron a un tercero de nombre Tetaheite, que provisto de fusil y municiones se dirigió a la plantación de Williams y lo mató de un disparo. Después, ya los cuatro juntos, se aproximaron a Christian que estaba en un campo de ñames y lo mataron.
Martín y Brown fueron asesinados por Menalee y Tenina.
Adams fue atacado por Tetaheite, que la emprendió con él a culatazos, pero él los paró como pudo, hasta que el polinesio disparó con su fusil, teniendo Adams la suerte de que fallara dos veces. Ante este “milagro”, los tahitianos prometieron perdonarle la vida.
Tras aquella jornada de matanza, después de la cual solo sobrevivirían cuatro de los nueve ingleses, fue un dia de liberación para los negros, convertidos ahora en los dueños de la isla y un día de castigo para los blancos
Según cuenta Adams, las viudas de los blancos no tardaron en deplorar las pérdidas sufridas, por lom quwe decidieron vengar a sus muertos.
Susan asesinó a Tetaheite mientras dormía con su compañera favorita, y Young mató a Nehow de un disparo de fusil.
Mac Coy y Quintal, que habían huido a las montañas, se le invitó a volver en paz, cosa que hicieron el 3 de octubre de 1793, por lo que entonces solo quedaron en la isla Adams, Young, Mac Coy, Quintal, diez mujeres y varios niños.
Dos meses después, Quintal comenzó a escribir un diario, en el que se lee que vivieron juntos y de un modo pacífico; que construyeron cabañas y cercaron y cultivaron sus campos; que pescaban, atrapaban pájaros y cavaron fosos para coger con cepos a los cerdos salvajes; pues multiplicados en exceso, estropeaban las plantaciones de ñame.
Pronto los hijos de los amotinados con sus esposas causaron que las mujeres y los niños fueran mucho más numerosos que los hombres
Solo las mujeres parecían descontentas con su suerte, pues vivían con los hombres en una total promiscuidad, y cambiaban frecuentemente de domicilio.
A partir de ahí comienza otra historia que si puede ser de interés la contaremos.
Buena Mar y hasta la vista amigos.
Nota: La isla de Pitcairn, fue descubierta por el portugués Pedro Fernández de Quirós al servicio del reino de España, el 26 de enero de 1606.
En 1767 fue avistada por la tripulación del HMS “Swallow”, comandado por el capitán Philip Carteret, y la isla recibió su nombre del guardia marina Robert Pitcairn, un tripulante de quince años que fue el primero en divisar las islas.
Con solo 47 km², está habitada por 67 personas de 9 familias (2011), que comparten ese espacio hace varios años. Por este motivo, se le ha dado, además, el título de la “Nación no soberana menos poblada” en el planeta, y uno de los lugares habitados más remotos del mundo. Las islas habitadas más cercanas son la isla de Pascua, a 1243 millas (2.000 km) al Este, y la isla Mangareva, 311 millas (500 km.) al Oeste.
La isla de perfil es suave, con una altitud máxima de 346 m sobre el nivel del mar, es de origen volcánico, con una costa de acantilados abruptos. Contrariamente a muchas otras islas del Pacífico Sur, no está rodeada de arrecifes de coral que protejan la costa. El único acceso es la “Bahía de la Bounty”, donde existe un pequeño muelle. No tiene ningún puerto ni aeropuerto. El único pueblo es Adamstown, cerca de la “Bahía Bounty”, y su contacto con el exterior es a través de un barco que llega cada dos semanas.
Aparte los barcos de turistas que arriaban de vez en cuando
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