En la calle del Castillo, tras dividir un amplio local en dos, se instaló en uno de ellos la peluquería de Cipriano Pérez, natural de Arevalo, que se había casado con una llanisca.
Tras la muerte de Cirpriano, le sucedió un pariente, Ramón de la Fuente.
El día 11 de junio de 1941, siendo un niño de apenas 13 años, se incorporó a aquella peluquería como aprendiz Ramón Melijosa Cuevas, el cual recordaba, en un artículo que publicó en “El Oriente de Asturias”, que en aquel tiempo un corte de pelo tenía el precio de 1,50 pesetas, el afeitado se ofrecía a 0,75 céntimos y un completo costaba 2 pesetas.
Una vez aprendido el oficio, y dándose la circunstancia de que Ramón de la Fuente emigró a México, Melijosa cogió el traspaso de la peluquería por 28.000 pesetas. Se jubiló, tras 57 años de intenso trabajo, el día 28 de octubre de 1998, contaba con 70 años.
Ramón Melijosa Cuevas había nacido en Llanes en el año 1928 y era nieto del legendario marinero Nicolás Melijosa Mendiola e hijo de Manuel Melijosa, otro de nuestros marineros de solera. Su madre, también relacionada con la mar, fue Pilar Cuevas “La Parrada”, popular pescadera que recorría las calles de la Villa y los pueblos del Concejo vendiendo pescado a viva voz.
De su matrimonio con Loli, que tuvo lugar en 1946 en nuestra Basílica, nacieron seis hijos, José Ramón, Antonio Manuel, María Dolores, Alicia, Roberto y Gema.
Desde muy joven, tuvo Ramón vocación de escritor y afición a investigar la intrahistoria de Llanes y la cultura asturiana, habiendo sido varias veces galardonado por la difusión de las mismas. Además, es experto en el lenguaje de la Xiriga, teniendo publicado un diccionario sobre aquella jerga de los tejeros.
También, es autor de un libro delicioso “Pequeñas Historias de Llanes”.
Y, asimismo, fue un importante y prolífico colaborador de “El Oriente de Asturias”, en el que dejó innumerables artículos costumbristas del Llanes sencillo y confiado, que gracias a él no se ha perdido.
Hasta hace pocas fechas, era habitual y una alegría encontrarle paseando por la Villa con su querida hija pequeña, Gemina.
Ramón Melijosa, esposo y padre ejemplar, luchador por la vida y enamorado de su tierra llanisca, es un modelo para todos y un lujo para Llanes.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imágenes, “El Oriente de Asturias” y Guillermo Fernández Buergo
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