No hay duda, de que tenemos en nuestras aguas la mayor variedad y de mejor calidad y sabor en pescados y mariscos, que los que puede haber en el resto de las Mares, pero eso no quiere decir, que, por su latitud, salinidad, composición temperatura, no existan en otras costas españolas, unos mariscos, que para nosotros nos son desconocidos. Me refiero a los denominados, “ortiguillas”, “espardeñas” y “clochinas” (cloxinas)
Voy a intentar describirlos en tres entregas, esperando merezcan vuestra atención.
“Ortiguillas”
Su nombre es el de “anémona común” de Mar, o “flor del viento” (del griego “anemos”, viento), por su cadencioso movimiento a merced de las olas y corrientes y, aunque a simple vista y para muchos parecen algas, es en realidad es un animal. Esta extraña delicatessen marina cubierta de pequeños tentáculos de puntas rosadas y colores liliáceos se fija fuertemente a las costas rocosas y se mueve con el vaivén de las olas.
Se puede hacer durante todo el año excepto los meses de enero y febrero que se establece una veda para garantizar la población de este animal, el resto del año se recolecta, con el cupo de que cada mariscador solo puede coger al día un máximo de 24 kilos de ortiguillas
La forma más usual de comerlas es frita, que es como mejor se disfruta su sabor. Quien no las ha probado nunca se queda perplejo ante su intenso sabor marino e insólita textura. El rebozado logra el contraste de sus crujientes tentáculos por fuera con el suculento y exquisito sabor marino de su interior.
Ahora bien, como todas las exquisiteces, no es nada fácil de elaborarlas, y hay que estar muy pendientes de su fritura, porque es fácil el estropearlas de dos maneras distintas, el freírlas con exceso, o el dejarlas crudas por dentro.
Hay quien acostumbra a acompañarlas con una rodaja de limón, pero que queréis que os diga, creo que es una manera de restarle ese sabor a mar tan limpio y potente que tienen estas anémonas.
Para beber un buen vino blanco bien frío, o como a mí me gustaría probarlas, con una botellina de sidra… ¡A ver qué tal!
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