Leyendo en el antiguo semanario local uno de aquellos entrañables y documentados artículos de Ramón Melijosa Cuevas que dedicó a actividades productivas, artesanías y oficios que fueron desapareciendo, me he enterado de que entre los amables, simpáticos y dicharacheros limpiabotas de Llanes hubo tres que también trabajaron de marineros.
Uno de ellos fue Prudencio Santiago, que era conocido por el apodo de “Pirri”, el cual estuvo enrolado en la embarcación “Purísima Concepción”, de la que era armador y patrón Marcelo Estrada, al que tampoco le faltaba su apodo,“el Mugle”.
“Pirri” había contraído matrimonio con una hija de un popular limpiabotas llanisco Arsenio Mugarra, que animó a su yerno al cambio de oficio y se incorporó al gremio de los limpiabotas llaniscos.
Otro, fue un jovencísimo José Antonio García, “Tajuelo”, tío de Ángel Batalla, que luego sería uno de nuestros marineros de solera.
Y por último, Cayetano Sobero, “Tanín”, que a bordo de la lancha “Virgen de Guía”, de Ramón Noriega, “Salero”, sufrió un accidente al tropezar con un arpeu, que le dañó una pierna, por lo que decidió dedicarse a un oficio más apropiado a sus condiciones físicas.
Vayan estas líneas en homenaje a aquellos hombres, que a pie de calle limpiaban y lustraban zapatos, oficio para el que no necesitaba una gran inversión, pero que a la hora de lograr beneficios, para sobrevivir, era preciso dedicar muchas horas y esfuerzo con el betún, la gamuza y el cepillo.
Imágenes, Archivo Fernando Suárez Cue y “El Oriente de Asturias”
0 comentarios