Se me quedó grabado en la memoria que, en el año 2008, las consecuencias de un temporal nos dejaron ver restos del último Balneario de la playa del Sablón. Se trataba de un agujero que se abrió en el centro de la playa para introducir un tubo que llevaba el agua marina al edificio.
Aquello, me hizo interesarme por la implantación en nuestra Villa, de igual manera que en otros litorales, de las prácticas balnearias que tanto contribuyeron a la consolidación del veraneo.
Así, y como siempre con la ayuda inestimable de “El Oriente de Asturias”, me enteré de que Llanes contaba ya con un Balneario en el verano de 1892, el cual se había construido por iniciativa y a expensas del indiano y benefactor Román Romano Mijares. Si bien, al tratarse de un frágil edificio no soportó un impresionante temporal, calificado de temporalazo, que aconteció a finales del año 1917, quedando únicamente las pilastras que lo sustentaron, y que cuentan que sirvieron de diversión a los críos, pues se subían a ellas para aguantar las olas.
Tras un periodo de dudas e indecisiones, durante el cual los llaniscos se lamentaron de que la Villa no dispusiera del aliciente de un Balneario, el Ayuntamiento, que después también lo gestionaría, ya que la subasta no tuvo postor, aprobó su construcción, teniendo lugar su inauguración en el mes de junio de 1921.
Este segundo Balneario, que en los días festivos celebraba animados bailes, amenizados por un piano-manubrio e incluso por la banda municipal, aunque más solido y de mucho más postín que el primero, tampoco se libró de ser arrasado por los temporales.
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