Sobre la religiosidad de los marineros de Llanes existen muchos datos significativos. Se puede decir que tenían su propio sacerdote, Don Tomás Gutiérrez Herrero, al que tanto querían y respetaban y que ejercía de padre, hermano, amigo. También, era costumbre que el Domingo de Ramos, después de la bendición de los mismos, bajar los críos pequeños de los marineros al muelle donde les esperaban padres y abuelos y colocar el ramo de laurel en lo alto del palo mesana o lugar visible de la embarcación.
Allí, permanecía mientras las inclemencias del tiempo lo permitían.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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