Milagros Ampudia Vega, abandonó Granda, su pueblo natal, con apenas 16 años para echar una mano a sus tíos que regentaban el restaurante Ángel, negocio muy frecuentado por los marineros.
Su llegada a Llanes coincidió con las fiestas de Guía y, aunque en un principio pensaba quedarse 15 días, finalmente nunca se marchó.
Al empezar en el restaurante casi no cobraba y hacía de todo, hasta vendía tabaco que ella misma fabricaba.
No tardó mucho tiempo en aprender el duro oficio de la hostelería y servía las mesas con gran soltura. Recordaba que de aquellas venían pescadores de otros puertos, a los cuales daba de cenar y desayunar, para lo que se levantaba de madrugada, y que recibía de ellos sustanciosas propinas.
Trabajó en Casa Ángel hasta que conoció a Benito Buj, con quien se casó en el año 1948. Formaron un matrimonio ejemplar y unido hasta la muerte de él, que ocurrió en marzo de 2005.
Al poco de casarse, se les presentó la oportunidad de regentar una tienda de ultramarinos propiedad de los Buj. Los comienzos fueron duros, ya que al existir todavía las cartillas de racionamiento había muy pocos productos. Más tarde, el mercado se normalizó y se convirtió en un negocio muy frecuentado por los vecinos de la villa y de pueblos cercanos.
Tuvieron 10 hijos: Milagros, María Dolores, Benito, Pilar, Gloria, que murió muy joven, José Antonio, Vicente, las gemelas Susana y Carmina y María.
Milagros, gran emprendedora, fue asumiendo nuevos retos e inauguró “Modas Mido”, Juvenil y la Zapatería.
En 1994, abrió “Rico Rico”, y por último adquirió una casa en ruinas, la cual dedicó a un hotel, “La Posada del Rey”.
Milagros, que nunca dejó de trabajar, tuvo una larga trayectoria empresarial repleta de éxitos.
Falleció el día 17 de septiembre de 2022 y siempre recordaré de ella que le escuché decir: “No hay mayor riqueza que los hijos”.
Fuente, “El Oriente de Asturias”
Imágenes, Valentín Orejas
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