Una de las composiciones musicales que, con el paso de los años, más emoción me produce, que me llega al corazón y me pone la piel de gallina, es el villancico “Noche de Paz, Noche de Amor” (Stille Nacht, Heillige Nacht”.
Esta canción navideña, como muchas de las cosas mejores de la vida, es fruto de la casualidad.
Corría el año 1818, cuando en la capilla de San Nicolás de la pequeña villa de Oberndorf, a pocos kilómetros de Salzburgo, el sacerdote Joseph Morh descubrió que el órgano de la iglesia estaba averiado. Me lo imagino intentando, una y otra vez, inyectar aire al viejo instrumento dando a los pedales, pero sin conseguirle sacarle nada más que gemidos.
Su inquietud por la falta de música en Navidad, que consideraba inconcebible e inaceptable, lo llevó a escribir la letra de una composición para ser acompañada únicamente por una guitarra. Le entregó las seis estrofas escritas a su amigo Franz Gruber, un maestro de escuela de un pueblo cercano, solicitándole que le pusiera música, naciendo así “Noche de Paz”.
En la actualidad, la melodía difiere levemente de la original, particularmente en las notas finales.
Como era simplemente una solución para un problema puntual, el villancico no se volvió a interpretar hasta que un reparador de órganos encontró la olvidada partitura y lo revivió.
Se fue haciendo popular en toda Europa, ya que a su belleza se unía la facilidad para su interpretación, su brevedad y que podía cantarse sin acompañamiento. Fue traducida a más de 300 idiomas y dialectos, desde el alemán al japonés, desde suajili hasta el afrikáans, desde el español al ruso, y siempre con la expresión del mismo sentimiento de paz.
Cuentan que durante la Primera Guerra Mundial, en la Navidad de 1914, los soldados alemanes en las trincheras del frente occidental comenzaron a cantarla, y a sus voces se unieron las de los soldados británicos, situados al otro lado, consiguiendo espontáneamente una tregua.
Y de la mano de este villancico, a cuyo alrededor se fueron creando infinidad de leyendas e historias románticas, les deseamos ¡Feliz Navidad!.
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