Contaba Demetrio Pola que a finales del siglo XIX y principios del XX, el Fuerte era el lugar donde la juventud se daba cita durante las noches de verano. Allí, se charlaba y bailaba al compás de un cornetín, clarinete o acordeón, hasta las doce en que se retiraban.
También, se recitaban versos y canciones:
Encantadora niña,
vamos al Fuerte,
donde quiero mostrarte
que sé quererte…
Bien se conoce
que eres de Llanes
y que te bañas en el Sablón.
Bien se conoce que eres
de Llanes
eres llanisca de condición.
Resulta curioso que el Fuerte no solo hubiera servido para defender la villa de piratas, corsarios y otros enemigos. Y, también, que además de ser llaniscos de corazón los que se bañan en Puerto Chico, lo sean de condición las que se bañan en el Sablón.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, lámina del libro ¡Puerto, puerto, puerto!
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