Por creencia popular, siempre hemos pensado que el motivo por el que los piratas llevan un parche en el ojo era que carecían de este importante órgano debido a algún tipo de accidente en su arriesgada vida “profesional”, pero nada más lejos de la realidad, ya que una sencilla explicación científica rompe el mito de los piratas y los parches de forma clara.
Cuando existe un cambio de luz, los ojos de las personas se adaptan de forma muy rápida a las nuevas condiciones. No obstante, si pasamos de un ambiente oscuro a uno bien iluminado el problema será menor, pero en el caso contrario, es decir, si salimos de un entorno con buena luz natural y entramos en un lugar oscuro, la adecuación de la visión no es tan rápida.
Por norma general se tarda entre 4 y 6 minutos para que el sistema de visión se adapte por completo a las nuevas condiciones lumínicas, pudiendo esta adaptación tardar, además, hasta 25 minutos en ser completa.
Bien, lo que hacían los piratas en particular, y los no piratas en general, con su parche era mantener uno de sus ojos en esas condiciones de oscuridad durante el mayor tiempo posible. Así al entrar en las bodegas o las zonas tenebrosas de sus barcos, siempre tenían un ojo bien adaptado y simplemente debían de cambiar el parche de ojo para que se adaptara el siguiente.
El hecho de llevar un ojo tapado les servía, tras destapárselo, para ver mucho mejor en la oscuridad, pero no era solo una característica solamente de los piratas, como hemos dicho, sino que lo llevaban todos los marineros que tuvieran que entrar en las sentinas (que solían estar a oscuras), como podían ser los artilleros o las distintas dotaciones que laboraran en el interior de los puentes o cubiertas inferiores, para aumentar su capacidad de visión nocturna.
Buena Mar y hasta la vista.
Fernando Suárez Cué
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