El rey Alfonso XI, dictó, el 28 de abril de 1338, un importante ordenamiento para asegurar el control sobre la producción y circulación de la sal, artículo básico para el desarrollo y comercialización de la producción pesquera.
En el mismo, firmado en Burgos, se fijaban los puertos autorizados en exclusiva para importar la sal por vía marítima.
Y como no podía ser de otra manera, entre ellos estaba el puerto de Llanes, junto a Maliayo (Villaviciosa), Avilés y Luarca.
Imagen, Nel Melero
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