No habiendo duda de que el titular de la fundación de la Villa de Llanes fue Alfonso IX de León, el rey Alfonso X también fue decisivo en la etapa germinal de la misma.
Así, viene siendo aceptado que el encargado del trazado y ejecución de las obras de cerca que dieron a Llanes su fisonomía urbana fue Pere Daor o Daoz, una suerte de arquitecto de confianza del Rey Sabio.
Y volviendo al magnífico trabajo de Juan Ignacio Ruiz de la Peña Solar, que editó “El Oriente de Asturias” bajo el título de los “Orígenes de la Villa de Llanes”, es sorprendente la superficie del espacio intramuros de nuestra villa, que sería de unas 7 hectáreas, muy elevada si la comparamos con la que ofrecen, en la misma época, otras villas marineras del litoral cantábrico. Tal es el caso, por ejemplo, de San Sebastián que alcanza las 6,4 hectáreas, solo superaba a Llanes Bermeo, que llegaba a las 7,1 hectáreas. Mientras Bilbao, de fundación más tardía que Llanes, presentaba 6,07 hectáreas.
Si bien, pone de manifiesta el mencionado catedrático de Historia Medieval que la elevada superficie del espacio intramuros de nuestra villa no debe llevarnos a conclusiones demográficas erróneas, ya que muchos planos de las villas guipuzcoanas, vizcaínas o incluso asturianas muestran una elevada concentración de caseríos con escasos espacios despoblados. Sin embargo, en Llanes observamos como casi la mitad del total de la Villa intramuros corresponde a los solares en los que actualmente se levantan las ruinas del Palacio Duque de Estrada, la Casa del Cercao, la iglesia de Santa María del Concejo y las grandes casonas aledañas.
En lo que también destacamos es en que se trata de la única muralla, entre las asturianas, que conserva todavía una parte significativa de la misma, pudiendo además reproducirse su cuadrangular trazado originario de unos 840 metros de perímetro.
Imagen, Valentín Orejas
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