Coinciden Manuel García Mijares y Antonio Celorio Méndez-Trelles en que no hay memoria histórica de la introducción de la salea en Llanes.
Asimismo, convienen en que era un festejo reservado para conmemorar eventos destacados: consagración de la iglesia de la villa de Llanes, entronización de los Reyes Católicos, descubrimiento del Nuevo Mundo, casamientos regios, victorias militares.
Entre los preparativos del importante evento tenemos constancia de que era preceptiva la solicitud al juez-alcalde de la villa y al mayordomo de la Cofradía de Mareantes de San Nicolás, en cuya contestación recordaban el cumplimiento de la Ordenanzas Municipales y Ordenanzas de la Real Armada.
Además, sabemos que se engalanaba una amplia y ligera pinaza ( la capitana)con variedad de flores, cintas y vegetales, y se preparaba un pequeño bote (el serení) que transportaba bebidas como avituallamiento de las personas embarcadas.
También, ambos autores recogen que los bandos de San Roque y la Magdalena, al final del siglo XIX y principios del XX, incluían en sus programas festivos la realización de saleas.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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