Muchos recordamos a Sarina Cue Rodríguez en las romerías con su cara menuda y triste debajo de su pañuelo negro, sentada en una banqueta ante una cesta llena de paquetinos de avellanas y, también, tenemos memoria de su figura en el puente. Pero, seguramente, lo que algunos no sabrán es que antes de ser avellanera se dedicó a la venta ambulante de sardinas.
Sarina, personaje imprescindible de nuestras buenas fiestas, murió fuera de su querido Llanes, en el Asilo Hospital de Cangas de Narcea en el año 1986 a los ochenta y dos años de edad.
Al parecer, la última romería a laque asistió fue la de de San Antolín de 1985.
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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