Don Baltasar del Castillo, visitador del Obispado, quiso, en el año 1632, exigir cuentas a la Cofradía de los Honrados Mareantes de Llanes, alegando falsamente que se trataba de una asociación religiosa y que sostenía la capilla de San Nicolás. Estos se negaron a que aquél se inmiscuyera en sus cuentas y acuerdos, y se alzaron ante el Ordianrio de la Diócesis, obteniendo una resolución en la que se reconocía la independencia de la Cofradía llanisca.
Imagen, Valentín Orejas
0 comentarios