A la agudeza en el modo de expresarse de los marinos y marineros se suma la facilidad para aumentar su vocabulario.
Así, la voz “mar” como prefijo o sufijo tiene una enorme gama de derivados.
Surge marino, que es quien se ejercita en la náutica y el que sirve en la marina, en el cual no está incluido el hombre de mar: el marinero.
Además, marino es lo perteneciente a la mar, confundiéndose en ocasiones con marítimo.
También se utiliza marino como adjetivo: sal marina, fondos marinos, algas marinas.
En cambio, damos a marítimo una idea de proximidad: zona marítimo-terrestre, pino marítimo…
De su propia naturaleza se deriva “marea” que, además de todas las acepciones del diccionario, entre los pescadores es la pesca que se captura en una salida a la mar.
También, marejada, marejadilla, que no es solo un diminutivo sino un estado de la mar..
Asimismo, mariscar, mariscador, que es el que marísquea; marisquero, el que vende tan suculentos invertebrados; mariscada, marisquería..
Y mareante, mareaje, marear, marengo, marina, marinaje, marinear, marinera etc., que además del femenino de marinero, es una prenda de vestir y que en locución adverbial es una salsa o guiso: almejas a la marinera..
Sin olvidar: tajamar, guardamar, ultramar, pleamar, bajamar…
Fuente, “El Lenguaje Marinero”
Imagen, Valentín Orejas
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