El 4 de Septiembre de 1956, Jesús Montes Rodríguez, cuando se hallaba en sus faenas cotidianas de pesca en el Castro de Ballota, en compañía de Isidro Fernández, tuvo la desgracia de dar un mal pie precipitándose al mar desde una altura de 22 metros.
Pese a los rápidos auxilios de sus amigos, nada pudo hacerse para rescatar su vida, como también fueron inútiles los esfuerzos realizados por los vecinos de Cue y los jóvenes de Llanes Panchín Menéndez y Pepín Fernández Soberón “ Matute”, que a pesar de estar mucho tiempo bajo el mar, no pudieron dar con el cuerpo del infortunado corito.
Chus Vargas, apodo por el que se le conocía, era un destacado pescador a caña y descubridor de la pesca del calamar desde tierra.
Chus tenía 26 años y sostenía a su familia, compuesta por padres y hermanos.
En “El Oriente de Asturias” y justamente en el ejemplar de fecha 15 de septiembre de 1956 de dicho seminario, encontramos que se publicó lo siguiente:
“Aumentando la información, en la que dábamos cuenta a nuestros lectores del triste accidente que costó la vida al que hasta ahora fue el mejor pescador de caña de esta zona, Jesús Montes, diremos que el cadáver del infortunado Chus, ha sido recogido por una embarcación de Llanes, el día 10, osea a los siete días de haberse ahogado.
Una vez hechas las diligencias que exige la ley, el cuerpo ha sido trasladado a Cué, donde al día siguiente recibió cristiana sepultura. Gran cantidad de personas de toda la zona, acompañaron sus maltrechos restos a la última morada, prueba inequívoca de las muchas simpatías que el buenazo y afable Jesús había captado en vida.
Que Dios le haya acogido en su Santo Seno, es nuestro deseo, y que sirvan estas líneas de lenitivo a sus desconsolados padres, hermanos y demás familias”.
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