Tertulia “Casa del Mar” (Cote, Tiquiqno, Paco y Ramón)

Un faro

-T: ¡Home manín!… ¿Pegaronsete las sábanas? T’abamos esperándote, así que tomate un pichín de merluza, que por cierto está recién hecha, y vamos para La Barra, a ver qué semblante tiene “la novia”, ya que pensamos el ir a cacear esta tarde.

-C: Pues ya podéis olvidavos de ella, que tiene el semblante con cara de pocos amigos, y está muy torpona.

-P: ¿Y eso?

-C: Pues porque vengo de dar una vueltina por el “tendederu”, y ya vi la cara que tiene. Después entré con Tanín, que estaba espatuyando por allí, en el faro, que hacía tiempo que no entraba y la verdad me gustó.

-F: Por cierto, no sé dónde leí que el primer farero de nuestra Villa fue el ibicenco José Ferrer y Ferrer, y que falleció repentinamente el 10 abril de 1864, a los cuatro años de la inauguración del faro.

-C: No lo sé, a eso no llego, pero lo que, sí te puedo contar, es que el “nuestru Faru”, que como bien sabes está situado en la Punta de San Antón, sobre el acantilado y a la banda de babor de la entrada al puerto, inaugurose, y está en funcionamiento desde 1860, siendo posteriormente electrificado en 1920.

-R: ¿Pero de donde sacas tantos conocimientos?

-C: Pues todavía hay más, pues en 1946 se produjo un incendio y en 1950 se reconstruyó totalmente, de tal forma que en 1959 entró en servicio un radiofaro. El Faro se encuentra en un terreno de 400 metros cuadrados. La torre es octogonal, blanca, con casa. La altura sobre el nivel del mar es de 18 metros y de 8 metros sobre el terreno. Su alcance es de 15 millas marinas.

-T: Poquitinas parecenme esas 15 millas.

-C: Pero vamos a ver… ¿Para qué quieres más, si en cuanto pierdes de vista “La Barra”, ¿ya pierdes el “oremus”?

-T: ¡Oye “milurcias” …!

-C: ¿Queréis callar la boca los dos para que tengamos la fiesta en paz?

-R: La verdad es que los faros, cada día me gustan más, sobre todo cuando te encuentras con alguno en lugares geográficos privilegiados, como puede ser el faro de “San Emeterio” (en asturianu faro de “Santumedé”), en la punta de su nombre, en Pimiango.

-F: Es verdad, ahora, recordando faros, y mira que conozco unos cuantos, hay uno en particular, que me tenía obsesionado, pues no experimente con ningún otro lo cansino que puede llegar a ser ese faro. Me refiero al Faro de “San Sebastian”.

-P: ¿El donostiarra?

-F: No amigo. Me estoy refiriendo al “Faro de San Sebastián”, en Llafranc, en plena Costa Brava.

-C: ¿Qué faro es ese, que nunca oí hablar de él?

-F: Este faro, se encuentra en el cabo de San Sebastián se encuentra en la zona oriental de Palafrugell, sobre el monte de “San Sebastián de la Guarda”, que limita los municipios costeros de Llafranc y Tamariu. Fue construido en 1857, posee una altura de 175 metros, sobre el nivel de la Mar, y está considerado como el faro de mayor importancia del Golfo de León, y uno de los de mayor alcance del Mar Mediterráneo, ya que posee uno de los mayores alcances lumínico a nivel mundial, alcanzando hasta las 50 millas con destellos cada 5”. Catalogado como Gran Faro de Primer Orden posee también Sistema de Posicionamiento Global Diferencial (DGPS).

Inicialmente fue atendido por 3 fareros, pero con el avance de la tecnología, se fue reduciendo el personal necesario hasta acabar completamente automatizado.

Construido a mediados del siglo XIX, se inauguró el 1 de octubre de 1857 pero no fue electrificado hasta el año 1940, con una lámpara de 3.000W. La reforma más importante se realizó entre 1963 y 1966, desmontando la torre original para construir la que permanece en nuestros días con una linterna aeromarítima.

-T: ¿Y por qué dices que para ti fue un faro muy cansino?

-F: Pues veréis. La historia comienza durante la primera regata a vela que yo hice, como tripulante responsable del “piano de maniobras” de un monocasco, de 10m. de eslora, llamado “Calamar IV”.

Las islas ‘Medas’

Esta regata era denominada “La larga de las Medas”, ya que ahora se denomina “Mini-Tramuntana”, con un recorrido de 40 millas náuticas, desde Sant Feliu de Guíxols, donde el barco tenía su base de verano hasta las Islas Medas, a pique del pueblo costero de Estartit, y a las que hay que doblarlas dejándolas por la banda de babor, para retornar a la línea de salida.

Por cierto, este pequeño archipiélago está declarado como Reserva Marítima (hay que tener un permiso para fondear allí), y es una de las más importantes del Mediterráneo, y la más grande en extensión de Cataluña., y para hacer el trabajo completo, os diré que está compuesto de siete islas con nombres son: la “Meda Grande”, “Meda Pequeña”, “Medallotlas”, “Ferrenellas”, el “Tascó gordo”, el “Tascó pequeño” y el “Caballo Bernardo”. Hay que tener un permiso para fondear allí

Islas ‘Medas

-C: ¿Y eso que tiene que ver con el faro?

-F: Pues tiene que ver, que como era la primera vez que navegaba por esa costa, no tenía muy clara la posición en la que me encontraba, y como los críos en los viajes pregunté… ¿Falta mucho para llegar? Entonces el Carlos el navegante me dijo. ¿Ves ese faro por proa?, pues es el faro de San Sebastián, por lo tanto, en cuando lo pierdas de vista, verás la farola de Sant Feliu, y querrá decir que ya estamos en casa.

-R: Pues ya está… ¿No?

-F: ¿Qué ya está?… ¿Te puedes imaginar el estar navegando con una velocidad media de entre 6 y 8 nudos, y perder de vista una luz que tiene un alcance de 50 millas?

-C: Tienes razón un poco cansina si es, pues bajo ese cálculo, tardarías en perder de vista el faro alrededor de unas 6 horas de navegación.

-F: Pues no lo perdí, ya que al principio estaba omnipresente por la proa, después por la banda de estribor cuando pasamos bajo él, y después, mirabas hacia la popa y allí lo tenías impertérrito guiñándote el “ojin”. Que cansino llegó a ser el “probe”

-R: ¿Duro mucho la regata?

-F: Pues verás, la salida se produjo en un sábado desde Sant Feliu a las a las 11:00 h., y regresábamos para cruzar la línea de meta, a las 04:00 h. del día siguiente, el domingo

No estuvo nada mal, máxime, cuando al arribar a la meta, nos encontramos con una serie de barcos, incluidos los más grandes, que estaban al pairo al haber quedado desventados por acercarse demasiado a la costa, quedando a 500 m. de la bocana del puerto, donde estaba la meta, mientras que el “Calamar IV”, como andaba mucho más abierto, entró casi sin ningún tipo de problema, con lo cual en tiempo real y en tiempo ponderado, nos hicimos con el primer puesto de llegada y con el mayor trofeo, aparte de otros trofeos más pequeños.

-C: O sea, que al final la cosa acabó bien y vosotros satisfechos y pavoneándoos que habría que veros.

-F: En eso acertaste, pero la cosa no acabó ahí, pues después de pasar la noche a bordo, al día siguiente por la mañana fue el reparto de trofeos y un aperitivo, que por cierto tenía muy buena pinta, y digo tenía, porque el dueño y armador del barco, D. Enrique Juliá, dijo que no le apetecía comer a base de picoteo, y que nos invitaba a comer de restaurante. 

Así lo hicimos, y cuando a la tripulación al completo, cinco personas más el patrón, nos entregaron las cartas, todos empezamos a estudiarlas, pero sin decidir nada, mientras que nos fijábamos en el patrón a ver que pedía, ya que, por educación, y como él iba a convidarnos, no era cuestión de “orinar fuera del tiestu”. 

Tras un ratín, en el que nos tuvo en vilo y sin saber qué hacer, con una mirada de reojo, y una socarrona sonrisa en los labios, nos dio la pista al decirnos… “Me han dicho que aquí lo que tienen muy fresco y de gran calidad, es el marisco”

-T: ¡Concho!

-F: ¡Ah compañerinos!… Ahí fue Troya, y para que queráis más, entramos “a matar” como si no hubiera un mañana, y para no haceros el cuento largo, os podéis imaginar qué quedamos como “cagoches”.

-C: Menudo patrón… ¿De dónde lo sacasteis?

-F: Si, a ti te lo voy a decir. Para terminar, os diré, que como no callo la boca y siempre estoy haciendo patria, les dije, el próximo puente de “Todos Los Santos”, os venís conmigo a Llanes. Pero esa es otra historia que algún da os contare, porque lo conseguí.

-T: Buenu, pues nada, como esta tarde no hay cacea, si os parece nos tomamos “el de la espuela”, y a casina que llueve.

-R: ¡Amén!

Un abrazo, buena Mar y hasta la vista amigos.

Fernando Suárez Cué

Faro de ‘San Sebastian de la Guarda’ (‘El Far’)

 

SI TE HA GUSTADO, COMPARTE...

0 comentarios

Deja un comentario

  • ¡YA ES HORA DE RESITUAR AL PESCADO EN EL LUGAR QUE LE CORRESPONDE!
    No es mala noticia que en la nueva Comisión Europea habrá un comisario de Pesca y Océanos, sin incluir Medioambiente, ya que aquella mezcla de carteras hizo perder, además de la imparcialidad, la perspectiva de que la pesca es una actividad económica. Hace tiempo, y sobre manera siendo comisario de […]
  • RECLAMOS TURÍSTICOS FANTÁSTICOS
    BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 2013 Hace ya tiempo que no se sabe que idear, que inventar para promocionar destinos, con el fin de dotarlos de atractivo turístico. Contando cada vez más en este sector lo que podríamos llamar vacaciones “quiméricas”, me refiero a la oferta de avistamiento […]
  • JESÚS DÍAZ DE LA FUENTE, EL GRAN BENEFACTOR DE NIEMBRO
    Como tantos indianos llaniscos, don Jesús Díaz de la Fuente intentó mejorar las condiciones de vida de su pueblo, financiando la traída de aguas y la construcción de tres fuentes, el Rosel, la Torre y la Viña, las cuales fueron inauguradas en 1922. Además de donativos para los vecinos de […]
  • MATIU´S
    En la calle Alfonso IX, abrieron Martiniano Merino Franco y su esposa la Sala de Fiestas MATIU´S, considerada por entonces de las más grandes y bonitas de Asturias. Tenía una extensión de setecientos metros cuadrados, con capacidad para más de cincuenta mesas, además del escenario. Su interior era sorprendente, ya […]

  • All
  • Por : Fernando Suárez Cue

Esta web utiliza cookies propias y de terceros para su correcto funcionamiento y para fines analíticos. Contiene enlaces a sitios web de terceros con políticas de privacidad ajenas que podrás aceptar o no cuando accedas a ellos. Al hacer clic en el botón Aceptar, acepta el uso de estas tecnologías y el procesamiento de tus datos para estos propósitos. Más información
Privacidad