BUCEANDO EN “EL ORIENTE DE ASTURIAS” AÑO 1923
Hace justamente cien años, el semanario llanisco se dolía de la decadencia de las Fiestas de la Patrona de los marineros.
Y, así, recogía:
“Esta antigua fiesta, que no hace aún muchos años figuraba entre las primeras de cuantas en esta villa se celebran, va decayendo tan rápidamente que puede considerarse ya casi desaparecida, pues solo quedan de ellas algunos ligeros vestigios como sucede con la de San Juan, en el Cueto, y la Salud, en Los Altares.
En la tarde del día de Santa Ana era digno de ver convertido el Fuerte, paseo entonces de modo, en un salón donde la elegancia y el buen tono se daban cita para disfrutar de horas agradables y divertidas aspirando las frescas y saludables brisas del cercano mar que daba también al cuadro una de sus más atrayentes notas.
Reduciéndose este año los festejos a una misa solemne con un buen servicio pronunciado por el padre agustino José M. Álvarez, una procesión sin música, acompañada de poco más unas docenas de personas, y poco concurridos bailes en las dos noches y tardes del día, al compás de un organillo. La Banda Municipal tocó de ocho a diez, precisamente a las horas que no había público”.
Imágen, Valentín Orejas
0 comentarios