En tiempos menos remotos, la Capitana, seguida de todas las embarcaciones del puerto, hacía varios recorridos, todos por la ría, menos uno que salía a dar la vuelta a la famosa Osa, desaparecida como cimiento de la barra. Y se cantaba:
Rómpase la verdes aguas
con gallarda bizarría
rompiendo también el fuego
por mar y tierra a porfía.
Al regresar de la Osa:
Vengo de la mar, marinero
vengo de la mar,
mareada vengo.
Y después
Arrimad Capitanes
la falúa al muelle
que nuestra comitiva
desembarcar quiere.
Dadnos con gran alegría
al desembarcar las manos.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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