Disputaban estos sobre cuál sabia nadar mejor, y para probarlo, pues no hubo avenencia, decidieron tirarse de cierta altura y de cabeza al mar, pero haciéndolo uno de ellos con tan mala estrella que habiendo chocado en el suelo y de resultas perdido el conocimiento, por momentos se le veía hundirse en el fondo. No pasaba desapercibido tal suceso para uno de sus amigos, que movido por sus sentimientos intentó prestarle auxilio; pero apurado se debería de ver cuando a su vez lo demandaba del tercero que también acudió, formando así unidos una masa tan compacta por su adhesión que a no dudar hubieran corrido todos igual suerte,si algunos marineros de los buques allí anclados lanzándose vestidos, unos al agua y otros a las lanchas, no hubieran presurosos llegado a socorrerlos”
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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