Hojeaba ayer las páginas de El Oriente de Asturias del mes de agosto de 1923 y me encontré con dos sucesos en los que son protagonistas dos rapaces y las aguas del Cantábrico. En ambos casos, ocurridos en la playa de Andrín y en los peñascales del Fuerte, en la capital del concejo, respectivamente, los acontecimientos terminaron con la muerte de los dos chavales. No me voy a meter en camisa de once varas (ninguna conveniencia de complicarse la vida inútilmente) pero el caso de Llanes guarda relación con uno que ocurrió hace años en el mismo lugar y la desaparición de aquel adolescente sigue sin resolverse. Voy a resumir ambos sucesos en atención a lo que relató la prensa.
Fernando Tamés Balmori había llegado desde México a San Roque del Acebal para pasar el verano. El domingo 20 de agosto de 1923 atendía a su abuela. Tuvo que desplazarse al cercano pueblo Andrín para cumplimentar un recado y comió gran cantidad de fruta en compañía de varios muchachos. Todos juntos se desplazaron hasta la playa de Andrín, donde se bañaron en repetidas ocasiones. No se sabe si por indisposición o por haber sido arrastrado por una ola, Fernando desapareció en el agua para asombro de sus compañeros que no pudieron evitar perderlo de vista. Varias lanchas recorrieron la zona y los vecinos peinaron la playa y el litoral sin que apareciera el cadáver del infortunado joven. El cuerpo fue recuperado en fechas posteriores, a tenor de lo que se narra en sucesivos números de El Oriente.
Unos días más tarde, José Fernández Trespalacios, de 13 años, jugaba en los peñascales del bufón del Fuerte. Cayó a la lastra, se golpeó en la cabeza y fue arrastrado al mar por una ola. Varios marineros acudieron al lugar del suceso, entre ellos Marcelino Estrada, quienes con grandes dificultades recogieron el cadáver del joven que presentaba profundas heridas en la cabeza.
Así se contaron los sucesos y así los trasladamos.
La primera foto es de Valetín Orejas. La segunda instantánea fue tomada por el fotoperiodista parragués Xuan Cueto, aquel día en que el despistado chófer de una furgoneta aparcó en la arena seca de la playa de Andrín. Saludos cordiales.
