por Maiche Perela Beaumont
El 31 de diciembre de 1920, “El Pueblo” contaba que los Señores Conde y Teresa, dueños de la fábrica de salazón y conservas “La Llanisca”, a fin de premiar la asiduidad en el trabajo de sus operarias para que sirviera de estímulo en su labor, concedieron a éstas un aumento de dos céntimos en cada hora de trabajo, que habían de percibir precisamente en estos días de Pascua de Navidad.
por Maiche Perela Beaumont
En los tiempos en que las lanchas acompañaban a los delfines, los pescadores solían tratarlos con mucha consideración y, aunque no había ninguna ley escrita, se decía que estaba prohibido matarlos.
por Maiche Perela Beaumont
Contaba Luis Fernández Trespalacios en “El Oriente de Asturias” que la costera del bonito se esperaba con mucha ilusión por la marinería.
por Maiche Perela Beaumont
El 19 de junio de 1920, “El Pueblo” contaba que, en aquellos días, fue abundante la pesca que había entrado de bocarte y sardina en el puerto.
La lancha “Ana María” trajo 300 arrobas del primero, y la “Oliva” 30 millares de la segunda, que se vendieron en la Rula a 36 pesetas el millar.
por Maiche Perela Beaumont
A principios del siglo XX el pescado se subastaba sobre el muelle, o si era poca cantidad, las mismas mujeres de los marineros eran las encargadas de correrlo por la villa.
por Maiche Perela Beaumont
Contaba “El Pueblo” el 23 de mayo de 1920 que, en aquellos días, la “Oliva”, en compañía de la “San Antonio”, de San Vicente de la Barquera, habían cogido una manjúa de sardina de ciento treinta y cinco millares, que compraron los señores Conde y Teresa, propietarios de la fábrica de conservas y salazón de pescado, “La Llanisca”, al precio de 55 pesetas el millar.