En los tiempos en que las lanchas acompañaban a los delfines, los pescadores solían tratarlos con mucha consideración y, aunque no había ninguna ley escrita, se decía que estaba prohibido matarlos.
A la salida del puerto, lo primero que hacían las lanchas era ir en busca de los tolinos para aprovechar “la colaboración” de estos animales.
Los delfines trataban de sacar la pesca a la superficie, pues era la mejor forma de poder de comer y respirar, y los marineros cuando los delfines daban saltos menos espectaculares, sabían que el pescado estaba cerca y largaban el aparejo.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, Valentín Orejas
Aunque creamos que los delfines ayudan a los humanos a pescar, no creo que sea así exactamente querida Perela, sino que los delfines “saben”, y en su propio provecho, que los habitantes de las Mares se mueven en tres coordenadas o dimensiones (digámoslo así) “arriba/abajo”, “derecha/izquierda” y “delante/atrás.
Pues bien, si consiguen hacer subir “hasta arriba” a sus presas (una “manjua” de sardinas, por ejemplo), prácticamente anulan una de las coordenadas, la de “arriba/abajo”, pues por arriba está la superficie, y por abajo están ellos, con lo cual los peces se verían obligados a moverse en tan solo dos dimensiones, “derecha/izquierda”, “delante/atrás”, facilitándoles por lo tanto su captura.
Bueno, es tan solo una opinión. Saludos a todos.