El chalé de Pequeña, ubicado en la plaza de Laverde Ruiz, de Nueva de Llanes, encaja en el prototipo de Casa de Indiano, es decir aquellas mansiones fueron levantadas por un indiano/a con el dinero llegado de la otra orilla del Atlántico. Recoge el diccionario de Covarrubias que “un indiano es aquella persona que se fue a las Indias y volvió rico”.

           A Ángela Carriles Álvarez la llamaban Pequeña, a pesar de ser la hija mayor del matrimonio formado por Lucio Carriles y Martina Álvarez, conocida en Nueva como doña Martina. Pequeña (1894-1980) había nacido en la localidad cubana de Pinar del Río y tuvo ocho hermanos. La familia se trasladó a vivir en Nueva y un año por la fiesta de San Juan conoció a César de las Vega Peláez (1878-1919), indiano mexicano y natural de la parroquia de Pría, con quien contrajo matrimonio a los pocos meses. Entre los cónyuges había dieciséis años de diferencia.

          El matrimonio fijó su residencia en México. César y sus hermanos tenían plantaciones de algodón en Torreón, empacaban en Puebla y comercializaban en Ciudad de México, bajo la marca ‘La Nueva España’. Llegaron cuatro hijos: César, María Ángela, María Jesús y Lucio. Un mal día, a la edad de 41 años, falleció César de forma repentina. Pequeña decidió regresar a España, vendió las propiedades y participaciones empresariales y con los cuatro hijos se subió al barco con dirección a Santander. Ni siquiera el mar dejó de aportar desdichas e infortunios a la vida de Pequeña. En la travesía falleció su hijo Lucio, un bebé, y el capitán de la embarcación ordenó arrojar el cadáver del niño al mar. Ella se opuso con firmeza, con obstinación, y el cuerpo sin vida Lucio acabó recibiendo sepultura en el camposanto de Nueva.

          Ya en Nueva, a principios de la década de los años veinte, Pequeña encargó la construcción de su casa al arquitecto Enrique Rodríguez Bustelo (Noreña 1885- Oviedo 1983). A lo largo de sus 97 años de vida, Bustelo evolucionó a través de diversas corrientes arquitectónicas: Eclecticismo, historicismo, neorrománico, herreriano, barroco, montañés, regionalismo y modernismo. La mayoría de los elementos del chalé de Pequeña encajan en el regionalismo montañés, a través de aspectos que recuerdan los grandes palacios montañeses de los siglos XVII y XVIII, con torres en tejados a cuatro aguas y voladizos. La parte más sobresaliente de estos edificios es el extremo rematado con una torre, generalmente muy decorativa. 

          La familia De la Vega Carriles tomó posesión del edificio en 1925. De los tres hijos supervivientes de César y Pequeña, las mujeres, María Ángela y María Jesús, permanecieron solteras. El varón, César, se casó con la encantadora Elvira Junquera, gijonesa residente en Llanes, villa en la que su padre, Manuel Junquera, ejercía como Registrador de la Propiedad. César y Elvira tuvieron tres hijos: Mara, César y el ya fallecido Santiago ‘Santi’, que son los actuales propietarios del chalé de Pequeña, levantado con dinero que por mar vino de América.

Imágenes, Valentín Orejas y álbum familiar

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