Rico el Cabildo, poseía bienes, incluso casa propia, que tuvo que ir liquidando ante una persistente crisis.
Así, en el siglo XIX, la Cofradía se vio obligada a solicitar un préstamo de 5.000 pesetas. Y para responder al pago de dicho dinero hipotecó el solar u hondonada de Santa Ana, en el cual, tras rellenarlo, pensaban construir viviendas para los marineros, ya que era amplio y al resguardo de las inclemencias del tiempo.
A pesar de que la persona que había anticipado el dinero se comprometió a no cobrar interés alguno, nunca pudo la Cofradía devolver aquella cantidad, que le hubiera supuesto recuperar el conocido como “Prau de Santana”
Maiche Perela Beaumont
Imagen, archivo de Fernando Suárez Cué
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