Así, los pescadores se vieron obligados, cuando no salían a la mar, a realizar trabajos alternativos, como cultivo de huertos, jornaleros de la construcción, comercio…
Sus hijos recibían una deficiente escolarización, ya que solo acudían a la Escuela de Primeras Letras los días que no tenían que dedicarse a la búsqueda de cebo, al cuidado de sus hermanos más pequeños, al transporte de agua y leña… Además, a los 14 años debían embarcar.
También, lo tuvieron muy difícil las mujeres de los pescadores, con un alto porcentaje de viudas con hijos pequeños, a resultas del servicio a la Armada, naufragios y malas condiciones de vida. Su carga diaria de trabajo era extenuante, cuidaban a la familia y la casa, preparaban la comida, hacían la ropa, lavaban en el río, laboraban en los huertos, reparaban redes y velas, descargaban y vendían pescado, participaban en la elaboración del salazón y escabeche…
Fuente, “Antiguos Mareantes de Llanes”
Maiche Perela Beaumont
Imagen, “Llanes y la mar”