Desde antiguo, no se podía salir a la mar en fiestas religiosas, sus vísperas, sábado y domingos, aunque la Cofradía de San Nicolás conseguía Bulas, si bien tenía que compartir los beneficios de esos días con la Iglesia o para fines religiosos, por ejemplo para la Capilla de los Mareantes.
A partir del día de San Miguel (29 de septiembre) estaba prohibido pescar antes del inicio del alba y también pernoctar en la mar, regresando las embarcaciones al atardecer. Se llevaba abundante agua, y en la cesta individual, además de ropa, pan de escanda o torta de maíz y queso.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, “El Oriente de Asturias”
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