Aunque la patrona de los marineros llaniscos es Santa Ana, tampoco falta en la villa una capilla dedicada a la Virgen del Carmen, Patrona del mar, porque la mayoría de sus milagros están vinculados al agua salada.
Así, en el corazón del casco histórico, enclavada en una de las edificaciones más emblemáticas de la Villa, El Palacio de San Nicolás, también Palacio de Gastañaga y, aún antes, Casa Rivero, se encuentra esta capilla que se abría cada 16 de julio.
El coqueto oratorio, totalmente restaurado, erigido en el siglo XVIII por D. Francisco Rivero con ocasión del enlace de una de sus hijas, tiene dos retablos, el de la Natividad, de finales del Renacimiento, cuya representación escenográfica incluye una figura de San Juan Bautista con la del niño Jesús, la Virgen y San José; y el del Carmen, de estilo barroco.
Así, en el corazón del casco histórico, enclavada en una de las edificaciones más emblemáticas de la Villa, El Palacio de San Nicolás, también Palacio de Gastañaga y, aún antes, Casa Rivero, se encuentra esta capilla que se abría cada 16 de julio.
El coqueto oratorio, totalmente restaurado, erigido en el siglo XVIII por D. Francisco Rivero con ocasión del enlace de una de sus hijas, tiene dos retablos, el de la Natividad, de finales del Renacimiento, cuya representación escenográfica incluye una figura de San Juan Bautista con la del niño Jesús, la Virgen y San José; y el del Carmen, de estilo barroco.
Maiche Perela Beaumont
Imagen, Valentín Orejas
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