Nos cuentan que Pepe Valle quiso conmemorar los 25 años del veraneo de su familia en Llanes y, siguiendo una gran idea de Félix Rodríguez Madiedo y de José Luis Mijares Gavito, se decidió por homenajear a los hombres de la mar de Llanes y a los que se marcharon a Ultramar con una escultura que simbolizara a las valerosas mujeres que aguardan el regreso de las lanchas a puerto o la vuelta de los hijos que se fueron a lejanas tierras.
Así, Pepe Valle contactó con su amigo Reed Armstrong, escultor estadounidense afincado en Málaga, siendo la esposa de Valle, Elisa, quién durante meses posara para realizar la escultura, la cual fue inaugurada en el verano de 1977.
Sirvan estas líneas como homenaje y gratitud a quienes con su iniciativa y generosidad hicieron posible uno de los monumentos más queridos por los llaniscos.
Imágenes, Valentín Orejas
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