Uno de los peligros más desapercibidos en las costas y que causan más ahogamientos son las corrientes de resaca.
Se trata de unos canales estrechos y potentes de agua que fluyen desde la costa hacia mar abierto. Se producen de manera perpendicular en la orilla una vez que se rompen las olas y vuelven hacia mar adentro, excavando poco a poco la arena. Entonces, las olas aprovechan el recorrido más corto, generando una corriente succionadora. Son más potentes cuando las olas son mayores y está bajando la marea.
Normalmente las resacas van a 2 o 3 km/h, pero la trampa está en la fluctuación de la velocidad del agua, ya que en 90 segundos puede cambiar a 8km/h cogiendo a la gente desprevenida.
Imágenes, Valentín Orejas