por Maiche Perela Beaumont
EL CUADRO DEL NAUFRAGIO
Otro de los objetos que había en la Tijerina, y que a los críos nos impresionaba, era un óleo sobre tela de grandes dimensiones y cargado de dramatismo, que trasmitía la imponente fuerza de la naturaleza.
por Maiche Perela Beaumont
La antigua Rula de Llanes, en la actualidad el edificio que alberga la Oficina municipal de Turismo, situada a pie de puerto y que representa el puente de un barco, fue un proyecto del año 1931, obra del arquitecto consistorial Joaquín Ortiz.
por Maiche Perela Beaumont
Varada la ballena en el sable de Estacones, hoy playa del Sablón, a voz de pregonero, se procedía a la subasta y remate, con la obligada presencia de escribano, algún miembro del Ayuntamiento y el Mayordomo de la Cofradía de San Nicolás.
Una vez subastado el cetáceo, se iniciaba el despiece en el arenal, que se ejecutaba por escasas y expertas manos, y después en el trasporte de productos intervenían miembros de las tripulaciones.
por Maiche Perela Beaumont
En los años 20 del siglo pasado, al canalizar el río desde los antiguos lavaderos hasta el puente y rellenar las dos riberas desaparecieron las marismas, y también otras muchas cosas, como los cámbaros, que viven en las rías, en las partes en que se mezclan las aguas dulces con las saladas.
por Maiche Perela Beaumont
Luarent Vital, que acompañó a Carlos de Gante en su visita a Llanes el 26 y 27 de septiembre de 1517, escribió:
“Está situado Llanes a un tiro de ballesta cerca de la mar, la cual llega, por una entrada muy peligrosa, hasta dentro de la villa, y bate incesantemente contra las rocas y montañas, que son altas en sumo grado, pareciendo que es una sima del infierno por el ruido del agua, la cual salta continuamente más alto que una lanza a causa de las grandes olas que allí se encuentran…Y cuando hace tiempo rudo entonces es muy peligroso para los barcos entrar en esa villa y también, salir, a causa de las rocas que hay, que apenas si se ven si no es en bajamar”.
por Maiche Perela Beaumont
El REGOCIJO DE LA PESCA DE LA BALLENA
El día de pesca ballenera en Llanes era de regocijo sin igual; representaba pingües ganancias para todos. Todo redundaba en el bienestar de la Villa. Los descuentos que hacía el contador en las ventas de los productos de la ballena iban a parar a la Cofradía y servían para aliviar necesidades de sus asociados, en casos de enfermedad, cuando algunos mozos fuesen llamados para el servicio de la Armada Real…